Cocer sin perder nutrientes
Seguramente una de las dudas que más te asalten al cocinar este tipo de alimentos es la pérdida de vitaminas, ya que durante el proceso de cocción se produce una pérdida de agua y fibra, razón por la cual algunas propiedades nutritivas se pierden, además de que se tenga la sensación de tener que comer más para sentirse lleno.
El secreto está en el modo de cocción, pues existen ollas que permiten cocinar con muy poca cantidad de agua o incluso hacerlas vapor, separando la fruta con unas bandejas especiales que podrás encontrar en cualquier ferretería o tienda de menaje para la cocina, lo cual, además, te ayudará a reducir el consumo de energía. Eso sí, hierve siempre con poca agua, no excedas del tiempo necesario y si te sobra caldo de la cocción utilízalo después para hacer salsas o guisos.
Múltiples ventajas
Lo ideal es mantener el hábito de consumir una parte de fruta fresca, sin cocinar, al día, y aprovechar también las ventajas que te ofrece el paso de la fruta por los fogones. La fruta cocida no aporta más calorías que la fresca, facilita la digestión y el tránsito intestinal, por lo que está especialmente indicada para personas que padecen estreñimiento o enfermedades del aparato digestivo, además de los bebés.