Senadores piden que el niño reclamado por su padre en EE.UU. se quede en Brasil
Brasilia, 25 mar (EFE).- La mayoría de los miembros de un grupo del Senado brasileño coincidió hoy en que el niño Sean Goldman, que es reclamado judicialmente por su padre estadounidense, permanezca con su familia materna en Río de Janeiro, donde vive desde 2004.
El caso de Sean Goldman, de ocho años, que hace dos semanas fue discutido por los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Estados Unidos, Barack Obama, fue debatido por la Comisión de Constitución y Justicia del Senado, en la que tanto el oficialismo como la oposición se pronunciaron en favor de la familia materna.
La madre del niño, la brasileña Bruna Bianchi, viajó en 2004 con él desde Estados Unidos hacia Río de Janeiro en un plan de supuestas vacaciones, pero jamás regresó.
Desde Brasil se divorció del padre del niño, el estadounidense David Goldman, y luego se casó con el abogado João Paulo Lins e Silva.
Bruna murió el año pasado y Sean vive desde entonces con su padrastro, que ha pedido la custodia, mientras el padre biológico intenta ante la Justicia que se le devuelva a su hijo.
En la audiencia celebrada hoy el senador José Agripino, del opositor partido Demócratas, tuvo las palabras más duras y afirmó que el caso de Sean ha dejado de ser exclusivo del orden familiar para convertirse en un "asunto de política internacional", cuyo desarrollo debe ser "vigilado" por el Congreso.
Según Agripino, si el Supremo Tribunal Federal, que tiene el caso en sus manos, decide devolver el niño a su padre, la imagen y la "autonomía" de Brasil resultarían afectadas.
En un sentido similar se expresó el senador Marcelo Crivella, del oficialista Partido Republicano, quien apuntó que el niño está con su familia materna desde hace cuatro años, se ha "ambientado" a Brasil y se ha creado un "lazo afectivo" que no se puede romper.
En la audiencia participó el secretario nacional de Derechos Humanos, Paulo Vannuchi, quien aclaró que el Supremo Tribunal debe decidir sobre el futuro de Sean Goldman a la luz de las convenciones de La Haya sobre secuestro y adopción de menores.
Vannuchi evitó tomar posición, pero observó que "no se puede olvidar que las relaciones internacionales se rigen por los derechos humanos y la reciprocidad", que no pueden ser salpicados con "cuestiones patrióticas o nacionalistas".
También aclaró que, a pesar de la publicidad que le ha dado al caso su inclusión en la agenda entre Lula y Obama durante la visita del líder brasileño a la Casa Blanca, no se trata del único juicio de esa naturaleza que se tramita en Brasil.
Según dijo Vannuchi, en los últimos cuatro años las autoridades brasileñas han enviado 82 pedidos y, por su parte, han recibido 210 solicitudes de otras naciones, todas referidas a casos de niños como Sean Goldman, llevados por uno de sus progenitores a otro país.