Los niños tienden a ser quisquillosos con la comida, lo cual es parte normal de su desarrollo. Por esta razón los padres se enfrentan diariamente al desafío de encontrar comidas que les agraden y coman, pues los atemoriza que sus hijos no coman nada.
Aunque “Los padres creen que su trabajo es lograr que sus hijos coman algo, en realidad su trabajo consiste en servirles una variedad de alimentos sanos”, afirma la nutricionista infantil Harriet Worobey.
Los seis errores más comunes que cometen los padres al alimentar a sus hijos son:
1. Sacar a los hijos de la cocina.
Por todos los peligros que encierra la cocina (cuchillos afilados, recipientes con agua hirviendo, hornillas calientes, etc.), es natural que los padres no quieran que sus niños estén en ella mientras preparan los alimentos. No obstante, estudios que sugieren que el hacerlos participar en la preparación de la comida, es un primer paso para lograr que prueben platillos nuevos.
Investigadores de la Universidad de Columbia descubrieron que los niños que habían cocinado sus alimentos se mostraban más proclives a comerlos.
2. Presionarlos para que prueben un poco de todo
Aunque parece razonable exigir a un niño que coma al menos un bocado de cada cosa, puede ser contraproducente. Estudios muestran que los niños reaccionan de forma negativa cuando los padres los presionan para comer algo, aún si la presión supone una recompensa posterior.
Un estudio en la Universidad del Estado de Pensilvania, en el que se pidió a los niños que comieran verduras y tomaran leche a cambio de stickers y tiempo para mirar TV, mostró que un tiempo después, los niños mostraban desagrado por dichos alimentos.
3. Mantener las cosas ricas fuera de su alcance
Los padres temen que los niños coman demasiado si tienen a su alcance cosas sabrosas, por ello las ponen por lo general fuera de su vista o en algún estante alto. Sin embargo, varias investigaciones muestran que si un padre restringe un alimento, el niño lo querrá más todavía, por lo que se aconseja no llevar al hogar alimentos que tendrán que restringir.
4. Hacer dieta delante de los niños
Los niños tienden a imitar las preferencias de comida de sus padres y se muestran mucho más proclives a probar alimentos si ven que su padre o madre los están consumiendo. Un estudio de la Universidad de Rutgers sobre preferencias de alimentos de los padres y sus hijos descubrió que los preescolares tienden a preferir y rechazar las mismas frutas y verduras que les gustaban o no a sus padres.
5. Servir verduras aburridas
Los padres que suelen contar las calorías de todos los alimentos, sirven por lo general en su casa verduras hervidas sin ningún otro agregado, lo que aumenta el rechazo de los niños a comerlas. Los nutricionistas sostienen que los padres no deberían tener miedo de "adornar" las verduras.
6. Abandonar la lucha demasiado pronto
Las preferencias que tienen los niños por los alimentos suelen ser cambiantes. Es por ello que los padres deben seguir preparando y sirviendo en la mesa alimentos sanos aunque sus hijos se nieguen a probarlos. Para que un alimento sea aceptado, se necesitan diez o más intentos e incluso hasta varios meses.