Normas básicas de compra y conservación de alimentosDesde su producción hasta que llegan a la mesa los alimentos pasan por una serie de manipulaciones en las que el consumidor también interviene.
- Fecha de publicación: 28 de octubre de 2004
En todo el proceso, tanto de producción como de venta y consumo de alimentos, es necesario cumplir una serie de normas higiénicas. En lo que respecta al consumidor, estos son los principales consejos:
- A la hora de comprar conviene elegir locales limpios. Los alimentos deben estar expuestos en estantes y separados según productos: carnes, pescados, lácteos...
- El etiquetado debe estar claro, con un margen amplio para la fecha de caducidad. Las cámaras frigoríficas y congeladoras no deben sobrepasar la línea de seguridad.
- La manipulación ha de ser la mínima e imprescindible durante el cortado, pesado y envasado.
- Es aconsejable vigilar la presentación, aspecto y manipulación de los alimentos. Si no estamos conformes podemos quejarnos al vendedor o al responsable del establecimiento.
- Si consideramos que la falta es grave, se puede poner en conocimiento del departamento de Sanidad del Ayuntamiento, la Oficina Municipal del Consumidor o alguna asociación de consumidores. En todo caso, todo establecimiento ha de facilitar hojas de reclamaciones a los clientes.
Una vez en casa, para conservar los alimentos en buen estado hay que tener en cuenta que:
- El elemento imprescindible es el frigorífico, ya que el frío alarga la vida de los alimentos. No obstante, hay algunos que no conviene conservarlos en frío, como las cebollas, ajos, patatas, plátanos o limones.- No se deben poner en contacto alimentos crudos con cocinados.
- No conviene sobrecargar el frigorífico ya que el aire no puede circular entre los alimentos. No hay que introducir objetos calientes porque alteran la temperatura interior.
- Con los alimentos congelados, no hay que "romper la cadena del frío". Es mejor dejarlos para el final de la compra y llevarlos hasta el congelador de casa en el menor plazo posible.
- Aunque estén envasados, nunca hay que dejar los alimentos en contacto directo con el suelo.
- Los alimentos no envasados deben estar protegidos en vitrinas, recipientes adecuados para evitar su contaminación.
- Los no perecederos se mantendrán alejados de las fuentes de calor.