No es sólo cuestión de sumar calorías. Un consumo excesivo de este tipo de bebidas puede falsear la percepción del organismo y perjudicar el seguimiento de una dieta, haciéndonos comer más. No rebasemos, por si acaso, el medio litro al día.
Las bebidas "ligth" o dietéticas contienen edulcorantes artificiales con un contenido de calorías muy bajo. Por ello, algunas personas que están siguiendo una dieta las consumen de forma desmedida, pensando sólo en la suma de calorías que aportan, que es realmente baja.
Sin embargo, diversos dietistas habían venido observando que este consumo exagerado de bebidas dietéticas podía hacer que el paciente tuviera más dificultad para seguir la dieta marcada. La explicación podría estar en que estas bebidas engañan, de alguna manera, al organismo.
Según un trabajo de los investigadores Terry Davidson y Susan Swithers, publicado en International Journal of Obesity, desde pequeños aprendemos que los alimentos dulces son calóricos y producen saciedad (de hecho el azúcar tiene muchas calorías) de forma que el cerebro relaciona la toma de un alimento dulce con una ingesta elevada de calorías. Pero cuando tomamos las bebidas comentadas, dulces pero no calóricas, el organismo se desorienta y puede producirse ansiedad en una persona que sigue una dieta, con el resultado de una mayor ingesta de alimentos. Por decirlo de una manera coloquial, el organismo siente que debería estar saciado, pero no lo está, y solicita desesperadamente comida.
En su experiencia diaria, diversos expertos han notado que, al reducir sus pacientes el consumo de estas bebidas, más del 50% de ellos aumentó el seguimiento del régimen establecido, pues experimentaron menos hambre.
En consecuencia, muchos dietistas recomiendan ahora no exceder un consumo diario de medio litro de estas bebidas, por las alteraciones metabólicas que producen en el organismo, y no por las calorías que contienen. En cambio, no ponen límite alguno al consumo de agua.