Miércoles 20 de Enero de 2010 09:29 | El sismo de seis grados en la escala de Richter sacudió a Puerto Príncipe. Se derrumbaron edificios ya afectados.
Fotos | PUESTO A SALVO. Un pequeño haitiano es trasladado a un hospital por las fuerzas de ayuda internacional. REUTERS
| ESTRATEGIA. Los víveres fueron arrojados en paracaídas desde aviones,
ante la imposibilidad de llegar a ciertas zonas. REUTERS
PUERTO
PRINCIPE, Haití.- Cuando todavía no se recupera del golpe sufrido la
semana pasada, Haití padeció esta mañana un nuevo terremoto que provocó
destrozos y sacudió paredes, generando la desesperación de la
población, que se volcó masivamente a las calles.Si bien duró unos pocos segundos, la réplica alcanzó los 6,1º en
la escala de Ritcher y el epicentro se situó a 59 kilómetros de Puerto
Príncipe, a las 6.03 de la mañana haitiana.
Las ruinas de una ciudad que no termina de asimilar lo sucedido
volvieron a ceder. De hecho, se derrumbaron edificios ya afectados por
el devastador movimiento anterior. Si bien en esta oportunidad no se
reportaron nuevas víctimas, el temor caló entre los ciudadanos
alimentando la psicósis de que la pesadilla aún no ha terminado. A
pesar de la intensidad del temblor, no se ha activado una alerta de
tsunami en la zona.
Ayer, centenares de soldados estadounidenses se desplegaron para
agilizar la ayuda humanitaria a una población desesperada.
Paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada descendieron de al
menos cuatro helicópteros cerca del derruido Palacio Presidencial, que
está rodeado por un campo de refugiados.
Desde el edificio, un centenar de efectivos se dirigió al hospital
general, repleto de heridos tras el terremoto que dejó al menos 75.000
muertos, unos 250.000 heridos y un millón de personas sin hogar. Los
militares son necesarios para el transporte y la distribución de la
ayuda humanitaria.
Brindarán seguridad"Estamos aquí para brindar seguridad al hospital. Trabajamos con el
gobierno de Haití. Tenemos códigos militares, pero estamos en una
misión humanitaria", dijo a la AFP el sargento Bill Smith.
Al mismo tiempo, los primeros marines desembarcaron a unos 16
kilómetros al suroeste de la capital haitiana para unirse a los Cascos
Azules de Sri Lanka en las ciudades de Leogane, Grand-Goave y Petit
Goave, según el coronel Greg Kane.
El desembarco estadounidense no siempre es bien recibido. "No los he
visto distribuyendo comida en el centro de la ciudad, donde la gente
necesita urgentemente agua, alimentos y medicamentos. Esto parece una
ocupación", dijo Wilson Guillaume, estudiante haitiano de 25 años.
La ONU confirmó que unas 90 personas fueron rescatadas vivas en Puerto
Príncipe. Estados Unidos espera pasar "muy pronto" de la búsqueda de
sobrevivientes a la recolección de los cadáveres, indicó el general
Allyn.
Entretanto, los heridos siguen llegando en masa a los abarrotados
centros médicos, donde las amputaciones son el pan de cada día,
mientras en las calles los saqueos se han multiplicado, así como la
tensión entre la Policía local y los ladrones. "Cuando me den de comer
dejaré de robar", dijo desafiante Vicent, un fornido joven enmascarado
que se adentró sin miedo entre las ruinas de un banco con la esperanza
de salir con un tesoro.