Si quieres mantener la calidad de los alimentos debes descongelarlos en la parte baja del frigorífico, nunca bajo el chorro de agua, a temperatura ambiente o en espacios con calor, sobre todo cuando se trata de piezas grandes de carne, ya que así evitarás el crecimiento de microorganismos.
Si se trata de frutas, lo ideal es descongelarlas a temperatura ambiente o en la nevera, ya que no toleran el empleo de una alta graduación.
Por otro lado, las verduras y hortalizas no deben descongelarse, sino prepararse directamente para que conserven todas sus propiedades.
Por último, ten en cuenta que lo más importante es consumir los alimentos inmediatamente después de su descongelación, pero sobre todo, no volver nunca a congelarlos por segunda vez, ya que en ese caso perderían completamente su textura y nutrientes.