Una familia de Nuevo México (suroeste de Estados Unidos) inició un juicio contra una empresa de pompas fúnebres, después de haber recibido una bolsa que contenía los efectos personales de su difunta abuela y... su cerebro.
El periódico El Albuquerque informó de que el macabro descubrimiento tuvo lugar después de que los miembros de la familia sintieran un "olor fétido" que salía de un bolso enviado por la empresa de pompas fúnebres y de cremación DeVargas, que contenía los efectos personales de la abuela difunta.
Según el diario, el bolso había quedado una noche en el coche de uno de los miembros de la familia. Éste contenía, además de los efectos personales de la abuela, otra bolsa con una etiqueta con el nombre de la difunta, en la que estaba escrito "cerebro".
"¿No les parece que es un error horrible? Nadie debería estar obligado a encontrar un cerebro entre las pertenencias de un familiar", declaró el abogado de la familia.
El cerebro fue incinerado después con el cuerpo de la difunta, quien murió en un accidente de coche.
Johnnt DeVargas, propietario de la empresa de pompas fúnebres, rechazó toda responsabilidad acusando a otra empresa en Utah (oeste). "Nos ocupamos perfectamente de la familia y ellos estaban muy satisfechos por nuestros servicios", afirmó.