Las grasas saturadas aumentan el colesterol más que cualquier otro tipo de nutriente.
Por ello, es importante que tengas en cuenta una serie de consejos que te ayudarán a reducir su consumo.
Una recomendación sencilla pero muy beneficiosa es quitar la piel de la carne de ave antes de comerla, ya que es precisamente en esa parte donde se almacena mayor cantidad de grasa saturada.
Otro truco para hacer más cardiosaludable una receta es utilizar leche o yogures desnatados en lugar de enteros.
También es preferible dejar a un lado el queso curado y recurrir a los que tienen un bajo contenido en grasas.
Tus platos serán mucho más sanos si evitas el uso de nata, eliminas la mantequilla y utilizas aceite de oliva, mucho más rico en grasas monoinsaturadas que son las realmente beneficiosas para el organismo.