La contaminación cruzada es la producida al manipular los alimentos durante su preparación, ya que los microorganismos se transfieren a través de las manos, los equipos de cocina, los utensilios y las tablas para cortar.
Para evitarla, es fundamental que separes siempre los alimentos cocidos o listos para consumir de los que aún están crudos.
Al guardarlos en el frigorífico, es mejor colocar los productos crudos en la parte inferior, y evitar así que puedan gotear y contaminar a los ya preparados.
Recuerda que es necesario utilizar recipientes herméticos para conservar los alimentos.
Otras medidas para prevenir la contaminación cruzada son lavar la tabla antes de cortar vegetales (sobre todo tras haber cortado carne), y sustituir el uso de la bayeta o el paño por papel de cocina.
Y lo más importante: no olvides lavarte muy bien las manos antes de cocinar, después de haber manipulado alimentos crudos o si has estado tocándote la cara o el cabello.